El Concentrador de Oxígeno es un equipo de alta tecnología que toma el aire del ambiente, separa las partículas de nitrógeno y produce e inyecta oxígeno de bajo/ alto flujo de forma constante para que los pacientes puedan recibir su terapia de oxígeno o también conocida oxigenoterapia de forma rápida, eficiente y desde la comodidad de su hogar.

● Concentrador estacionario: Este tipo de concentradores que suelen ser los más empleados tanto en centros médicos como en hospitales. Normalmente, lo utilizan aquellos pacientes que han sido diagnosticados con una enfermedad pulmonar de alta gravedad. Estos pueden llegar a proporcionar entre 3 a 10 litros de oxígeno por minuto. Una de sus principales características y que muchas veces los hace menos funcionales es su peso, el cual se encuentra entre los 12 a los 16 kg, lo cual hace que sea más difícil de movilizar.

● Concentrador Portátil: Esta segunda opción suele ser más cómoda para los pacientes y ha tomado mayor popularidad en los últimos años. Es una alternativa ideal para quienes necesiten mas libertad de movibilidad en la oxigenoterapia, pues llega a suministrar una media de entre 1 a 5 litros por minuto. Una de sus grandes ventajas es que se puede conectar en distintas fuentes de energía y posee una batería extraíble, ideal para cargar y llevar cuando se esté fuera de casa.

El concentrador portátil puede llegar a pesar entre 2 a 5 kg, lo que hace que sea fácil de cargar en una mochila, en la mano o llevarlo en el carro sin ocasionar incomodidad. Además, es un dispositivo bastante silencioso, perfecto para aquellos pacientes que deben realizar viajes constantes.

Existe una gran variedad de Concentradores de oxígeno por colores y tamaños, pero el factor que tienen en común es su diseño compacto, silencioso, seguro y fácil traslado, para que así el paciente pueda recibir su terapia en cualquier lugar donde este se encuentre y sin ninguna molestia.

Otro elemento principal es que el paciente podrá recibir oxígeno 24 horas al día, los 7 días de la semana de forma continua, mientras este se encuentre conectado a una fuente eléctrica de poder.

Permitiendo así que el usuario haga solo una inversión inicial y no tenga necesidad de mantener una renta constante como lo requieren los usuarios de tanques de oxígeno.

De acuerdo a los niveles de saturación de oxígeno y otros síntomas, un médico es quien debe indicar el uso de un cilindro de oxígeno medicinal o de un concentrador de oxígeno como una medida de suplementación externa del oxígeno en el contexto de una enfermedad respiratoria.

Hay cinco criterios principales que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un concentrador de oxígeno:

● Nivel de Concentración de Oxígeno: El nivel de concentración de oxígeno debe situarse entre el 87 % y el 99 %. 

● Caudal: un flujo de oxígeno de 2 l/min suele ser suficiente para los  concentradores de oxígeno para asistencia domiciliaria. Sin embargo, algunas patologías requieren un caudal mayor, por lo que es posible encontrar concentradores con un caudal de hasta 10 l/min.

● Portabilidad: hay concentradores de oxígeno fijos y concentradores de oxígeno portátiles. Los modelos portátiles tienen la ventaja de ser fáciles de transportar, por ejemplo de una sala de hospital a otra. Sin embargo, estos tienen por lo general un depósito más pequeño que el de los modelos fijos.

● Nivel de Ruido: el nivel de ruido de un concentrador de oxígeno varía normalmente entre 31 dB y 60 dB, valores equivalentes a los de una conversación en voz baja o normal en un ambiente tranquilo. No obstante, algunas marcas fabrican modelos aún más silenciosos.

● Tipo de Alimentación: los concentradores de oxígeno consumen poca energía y van conectados a la red eléctrica. Hay, no obstante, modelos alimentados por batería.

A diferencia de los tanques o balones que contienen una cantidad determinada de oxígeno comprimido, los concentradores utilizan un mecanismo para concentrar el oxígeno que hay en el aire, separando las partículas de nitrógeno y produciendo oxígeno puro ilimitado.

Algunas enfermedades crónicas requieren el uso de un concentrador de oxígeno de forma permanente o a largo plazo. Este grupo incluye las siguientes: 

● Enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC: También conocida como enfermedad obstructiva crónica de las vías respiratorias, la EPOC es una condición crónica que dificulta que los pulmones absorban suficiente oxígeno. El uso de concentradores de oxígeno es uno de los tratamientos recomendados. 

● Fibrosis Quística: Esta afección puede ser potencialmente mortal, ya que provoca daños severos en el sistema digestivo y respiratorio. Por lo tanto, suele requerir oxigenoterapia.

● Apnea del Sueño: Es un trastorno potencialmente grave que puede hacer que nuestra respiración se detenga o comience esporádicamente mientras dormimos. Como tratamiento, los doctores recetan el uso de concentradores de oxígeno. 

● Insuficiencia Respiratoria Crónica: Este síndrome se caracteriza por la incapacidad del sistema respiratorio para cumplir sus funciones y suele ocurrir cuando nuestra sangre no tiene una suficiente cantidad de oxígeno. 

● Enfermedades del Corazón: Si nuestro corazón no puede recibir sangre rica en oxígeno desde los pulmones, como sucede con algunas enfermedades, necesitamos un concentrador de oxígeno para reponer esos niveles. 

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